Y volverá el Rocío de la mañana…
“¡Oh! tú, quien quiera que seas, que te sientes lejos de tierra firme, arrastrado por las olas de este mundo, en medio de las borrascas y tempestades, si no quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta estrella”. Si el viento de las tentaciones se levanta, si el escollo de las tribulaciones se interpone en tu camino, mira la estrella, invoca a María”. Es cierto que este tiempo de Cuaresma, el Señor ha permitido que lo vivamos de una forma extraordinaria, pero podemos caer en la tentación de vivirlo como una pérdida de tiempo, pero sería un error. La Cuaresma sigue, nuestra vida cristiana sigue, y lo mas importante, Jesús permanece… a pesar de todas las circunstancias que podamos estar viviendo. Tenemos la oportunidad de aprovechar estos momentos para crecer en nuestra vida espiritual, de hacer algún rato prolongado de oración en casa o en el templo, alguna lectura provechosa, etc. Pidamos por tantas personas que sufren esta situación que estamos viviendo, no solamente en Cabra, sino en los demás puntos de la geografía. Por tantas familias, tantos enfermos, personal sanitario, personas que de una u otra forma contribuyen y dan su vida en estas circunstancias, y sobre todo, pedirle a la Reina del Rocío, que interceda por el eterno descanso de aquellos que ya han dado su vida ante esta calamidad… Como cofrades, y mas aun en un pueblo con una Semana Santa tan extraordinaria, es un dolor no poder ver desfilar en estación de penitencia a nuestros titulares… pero hay esperanza. Volveremos a a ver muy pronto a nuestra madre y Reina del Rocío de Pasión por nuestras calle, trayendo la luz y alivio a nuestras heridas, esperanza a nuestros anhelos, y un manto donde cobijarnos en nuestras cruces.
Volverá el Rocío de la mañana por las calles de nuestro pueblo, a traernos esa estela azul del cielo, a devolvernos la alegría después del sufrimiento que ha vivido nuestra sociedad. Volverá aquella que es el Refugio de pecadores, el auxilio de los cristianos. Pidámosle a Ella, que es Salud de los enfermos, que interceda por nosotros ante el que es Amor de los amores, al que es Salud de nuestras almas. Que la Reina del Rocío, ruegue por nosotros.
“Que su nombre nunca se aparte de tus labios, jamás abandone tu corazón; y para alcanzar el socorro de su intercesión, no descuides los ejemplos de su vida. Siguiéndola, no te extraviarás, rezándole, no desesperarás, pensando en Ella, evitarás todo error. Si Ella te sustenta, no caerás; si Ella te protege, nada tendrás que temer; si Ella te conduce, no te cansarás; si Ella te es favorable, alcanzarás el fin. Y así verificarás, por tu propia experiencia, con cuánta razón fue dicho: “Y el nombre de la Virgen era María”.
Ángel Jesús Maíz Tejero, hermano y sacerdote.