Relatos de Semana Santa II – La oscuridad de Carmela
Relatos de Semana Santa II – La oscuridad de Carmela. Al zaguán de la casa, fresco en la tarde-noche, llegan suaves, acolchadas, medidas frases de “Soleá dame la mano”. Se intuye el aroma del incienso de siempre, en saquito de arpilla, en las manos juguetonas de los nietos de Carmela. Para ella, los días son nublados, cubiertos de una espesa niebla que le impide recordar nada. Ni tardes ni mañanas pasadas vienen a su mente. Ninguna huella de regocijos vividos. Ninguna tampoco de males o estrechuras. No hay recuerdos. No hay … nada. Una inquietud la persiguió, no obstante, ésta mañana. Una sospecha difícil de acotar en su recortada mente. Anduvo por ello el día más nerviosa de lo habitual.